La Cisterna Basílica en Estambul es monumento poco convencional puesto que se trata de uno de los tantos depósitos construidos en épocas bastante lejanas con la intención de contar con reservas de agua en caso de posibles calamidades. Gracias a unas cuantas remodelaciones finalmente se logró habilitar sus instalaciones para el disfrute de los turistas.
Una atmósfera tranquila y la ambientación que producen los sonidos naturales del agua cautivan inmediatamente a quien tiene la fortuna de conocer este muy recomendable lugar.
Historia de la Cisterna Basílica:
Este palacio sumergido como también se le conoce, fue construido por órdenes del emperador Justiniano el Grande en el año 532 a.c para que el Palacio Bizantino tuviera las herramientas necesarias para salir bien librado ante los ataques de los otomanos.
Lo que vas a encontrar:
Una interminable serie de columnas de aproximadamente ocho metros de altura rodean esta estructura que en sus mejores tiempos lograba almacenar 100.000 m3 de agua, como parte de su decoración algunos bloques de mármol exhiben cabezas de medusas y ornamentaciones bizantinas.
La reestructuración mencionada inicialmente, dejo como resultado la incorporación de una serie de pasarelas ubicadas sobre el agua para que las personas realicen un recorrido que de paso hace posible observar una buena cantidad de peces.
Por último puedes culminar tu visita tomando alguna bebida en el café de la cisterna.
- Precio: 10 liras por adulto.
- Horario: De miércoles a lunes entre las 09:00 y las 18:30 horas.
- Dirección: Alemdar, Yerebatan Cd. No:13, 34110 Fatih/İstanbul, Turquía