Estambul no es una ciudad con una gran actividad que se centre en la vida nocturna en comparación con otras grandes ciudades y capitales del mundo, no obstante, la oferta turística contempla gran variedad de sitios para salir por Estambul que se adapta a todos los gustos.
La principal parte de la población de Estambul es de religión musulmana, pero eso no supone un impedimento a la hora de salir por Estambul y consumir alcohol, pues la mayoría de bares y pubs venden alcohol, aunque no tienen demasiada buena fama e incluso recomiendan no consumirlo en locales que no presenten buena calidad.
Salir por Estambul, espacios y Costumbres
Los turistas que quieran impregnarse del ambiente de la ciudad pueden acudir a los pubs donde además de disfrutar de la auténtica noche turca, se empaparán de la música local que resulta muy festiva y animada para cualquier velada.Estos locales también albergan en muchas ocasiones shows con bailes tradicionales y se mantienen abiertos hasta altas horas de la noche.
Los bares también son espacios muy socorridos a la hora de salir por Estambul y en este punto cabe mencionar que la mayoría de los restaurantes se convierten en bares improvisados donde sirven bebidas alcohólicas, por lo que cualquier comida es buena para extender la fiesta un poco más.Algunos bares famosos en los ambientes turísticos de Estambul son el 360, el Leb-i Derya y el Ponte.
Como en la mayoría de ciudades populares, Estambul también cuenta con locales de fiesta con espectáculos en vivo como el Babylon, que es uno de los más populares de la ciudad donde cuenta con conciertos programados, que se pueden consultar desde su página oficial.
Pese a que Estambul apuesta más por las fiestas sosegadas y tranquilas, también cuenta con modernas discotecas para albergar a los turistas más marchosos. La discoteca Reina situada en el barrio de Ortaköy, es una de las principales y que concentra mayor cantidad de visitantes cada año siendo uno de los sitios más exclusivos de la ciudad.
El punto negativo de salir por Estambul es que en la mayoría de bares y discotecas, la entrada libre se somete a criterio de los porteros, los cuales suelen ser muy exigentes respecto a la indumentaria de los turistas y a la paridad de género, procurando siempre que haya la misma cantidad de mujeres que de hombres en el local, por lo que si el grupo de acceso es muy dispar o el número de hombres es superior al de mujeres se les puede negar la entrada.