La Catedral de San Esteban de Viena forma parte del surtido de bellos e interesantes monumentos de esta ciudad puesto que además de estar ubicada en pleno corazón de su casco histórico es también la sede principal de su arquidiócesis. Visitarla se convierte en una especie de cita que deben “cumplir” aquellas personas que deseen llevarse recuerdos no solo gratos sino también enriquecedores de la acogedora y carismática Viena.
Muchos austriacos suelen llamarla Stephansdom, palabra que nace de la correspondiente abreviatura de su nombre original en alemán “Domkirche St. Stephan“ de manera que si te aventuras un poco con el idioma oficial podrás referirte a la edificación también de esta forma.
Historia:
Los orígenes de la Catedral de Viena datan del año 1137 cuando era simplemente una iglesia de estilo románico, años más tarde y luego de múltiples remodelaciones y ampliaciones se decidió consagrarla a San Esteban y empezó a adquirir un estilo arquitectónico de tipo gótico que siempre ha sabido conservar un culto católico fervoroso.
La Catedral:
Inicialmente podrás observar bellos exteriores que se distinguen por albergar dos torres campanario, el precioso tejado de los azulejos, los pórticos de entrada y hasta una placa en honor a Mozart debido a que fue en esta catedral donde se celebró su boda y funeral.
Por su parte en los interiores de Stephansdom es posible detallar las tres naves que le conforman y de las cuales hacen parte espacios como por ejemplo altares, pilares, el púlpito, capillas, diversas imágenes religiosas entre las que destaca el Cristo Crucificado y las catacumbas.
- Precio: La entrada a la catedral es gratuita, pero si quieres conocer las catacumbas su recorrido tendrá un precio de 4,50 euros por adulto y 1,50 euros en el caso de niños entre los 6 y 14 años.
- Horario: Podrás realizar tu visita bien sea de lunes a sábado entre las 06:00 a las 22:00 horas o los domingos y festivos de 07:00 a 22:00 hora.
- Dirección: 1010 Viena, Austria