Aunque no sea el destino que generalmente escuchamos cuando hablamos de viajar a Italia, una de las ciudades que más turistas atraen al cabo del año es Bolonia. Su cercana ubicación con otras poblaciones como Milán, Venecia, Florencia, Génova o Pisa la convierten en un punto de partida perfecto para recorrer el norte del país. Pero en sí misma Bolonia es una ciudad preciosa, con una antigua tradición académica, una exquisita gastronomía y un pintoresco casco histórico que invita a perderse bajo sus pórticos. Y precisamente al concentrar la mayoría de sus atractivos en el centro, es posible recorrer Bolonia en un día. ¿Cómo? Estando dispuesto a andar mucho pero sabiendo que la recompensa merecerá la pena.
Parque Montagnola
Al norte del casco antiguo, es decir la que fue la antigua ciudad amurallada, está el Parque Montagnola. Se encuentra junto a la estación de trenes de Bolonia y por lo tanto el punto de partida de aquellos turistas que llegan a la ciudad desde otras poblaciones. Si te vas a alojar en Bolonia, precisamente te recomendamos la zona en torno a la estación ya que es más económica que en el corazón de la ciudad, puedes ir a pie a todos sus atractivos y estarás bien comunicado con el aeropuerto u otras localidades cercanas. Frente al parque está la Plaza del 8 de agosto, donde muchos días se coloca un mercadillo al aire libre y donde podrás hacer las primeras compras de tu viaje.
Vía Independencia
Pero si prefieres cambiar los ‘puestos callejeros’ por las tiendas convencionales, nada mejor que continúes hacia el sur recorriendo la Vía Independencia. Aquí se concentran la mayoría de comercios, tanto de moda como de hostelería, calzado, libros… Es una de las calles más animadas y concurridas de Bolonia, donde si empiezas a tener hambre te recomendamos que pruebes sus helados en una de las muchas heladerías que la recorren; el precio es más que económico teniendo en cuenta la calidad y cantidad.
Plaza Mayor
Y justo la Vía Independencia desemboca en el lugar más céntrico y turístico de Bolonia: la Plaza Mayor. Alrededor de ella están alguno de los monumentos más importantes del patrimonio de la ciudad como son el Palacio Enzo, la Fuente de Neptuno, la biblioteca Sala Borsa y la basílica de San Petronio. Para entrar a ésta última no hay que pagar entrada pero los turistas deben ‘vestir decentemente’, es decir, los hombros y rodillas deben quedar tapados con la ropa o cubrirlos con un pañuelo. Si todavía no os habéis hecho con un mapa, podéis adquirirlo de forma gratuita en la oficina de turismo en los porches del Palacio Enzo.
Archiginnasio
Si nos situamos frente a la basílica, el lateral izquierdo es la Vía Archiginnasio y si la recorremos llegamos precisamente hasta él. Aunque su nombre nos recuerde en castellano a ‘gimnasio’ no tiene nada que ver; se trata de uno de los palacios de Bolonia más importantes ya que fue durante siglos la sede de su antigua Universidad. Cabe destacar que la ciudad fue, y sigue siendo, una de las poblaciones más importantes del continente europeo en cuanto a tradición académica, por lo que el Archiginnasio es hoy en día un atractivo imprescindible en cualquier viaje. El acceso a su interior es gratuito y se puede ver el patio y subir hasta el primer piso. Además de que podemos aprovechar para ir al aseo sin pagar (no encontrarás otro lugar de Bolonia que ofrezca servicios gratuitos), podemos visitar el Teatro Anatómico. Se trata de la antigua sala donde se enseñaba anatomía y el precio por acceder es de 3 euros; algo excesivo pero interesante para los amantes de la historia.
Torres Garisenda y Asinelli
Al salir, retrocedemos hasta llegar de nuevo a la Plaza Mayor y giramos por la Vía Rizzoli hasta llegar al símbolo por excelencia de Bolonia: las Torres Garisenda y Asinelli. Son dos ejemplos todavía en pie de las numerosas construcciones que antiguamente estaban repartidas por la ciudad, y es que aunque la mayoría de torres que había en Bolonia han sido derruidas con el paso del tiempo, las de Garisenda y Asinelli continúan en pie y a esta última se puede subir hasta lo más alto. El precio de entrada es de 3 euros por persona, tiene que ser exclusivamente por las escaleras y el resultado son unas impresionantes vistas a casi 100 metros de altura. Desde aquí podrás comprobar por qué se conoce a Bolonia como “la Roja”…
Canales de Bolonia
Nuestra jornada va llegando a su fin, así que nada mejor que terminar conociendo el secreto mejor guardado de Bolonia: sus canales. La ciudad fue la segunda población, después de Venecia, más importante de Italia en cuanto a tráfico fluvial. A partir del siglo XII se empezó a construir una red de canales que llegó a tener una extensión de 80 kilómetros y por los cuales navegaban embarcaciones y se utilizaba la energía hidráulica para las fábricas de la ciudad. Sin embargo, desde el siglo XIX en adelante se fueron cubriendo para disponer de suelo y poder edificar quedando totalmente ocultos. Todos, menos uno: el visible en Vía Piella. Aquí se puede apreciar como es verdad que Bolonia está cruzada, en el subsuelo, por canales y podemos imaginar cómo era antiguamente la ciudad.
Escrito por Laura Crusellas de Wuking.