Reykjavík, el nombre impronunciable de la capital de Islandia es solo una de las pocas rarezas de este país. Aunque a veces lo olvidamos, hace poco pasó a formar parte de Europa.
Sin duda viajar a Islandia es uno de los espectáculos que todo viajero necesita ver antes de morir. Más de 200 volcanes, como el que hace unos años bloqueó los aeropuertos europeos y 300.000 glaciares. Durante nuestro viaje podremos buscar ballenas en Skjálfandi, donde también hallaremos el museo de las ballenas.
También podemos acudir a la península de Snaefellness, al norte de la capital para visitar el volcán de Julio Verne en Viaje al centro de la tierra. En sus alrededores encontraremos la paz de enormes pastos verdes donde podemos observar frailecillos y patos de eider, y si tenemos suerte algún grupo de caballos salvajes.
Sin duda una tierra de contrastes que se debe apreciar con tranquilidad y una buena cámara de fotos.